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He sufrido un ictus, ¿cómo puedo recuperarme? ¿quién ayuda a mi familia?

Cómo puedo recuperarme de un ictus

Según la Universidad de Navarra, el ictus es una de las causas más importantes de incapacidad permanente del adulto y la segunda causa de muerte (la primera en mujeres). Además, puede provocar secuelas que afecten a su calidad de vida.

No es sólo el enfermo el que tendrá que adaptarse y superar esta nueva situación: su cuidado repercute en toda la estructura familiar. El hecho de que un miembro de la familia pase a ser dependiente, provoca que otro miembro (u otros) pase a ser cuidador. Esto se sumará a las tareas de su vida cotidiana, que tendrá que delegar en otras personas o dejar de realizar. También se tendrá que ocupar de las gestiones relativas a ayudas que el Estado o la Comunidad Autónoma pone a disposición de los usuarios: ley de dependencia, recursos de servicios sociales, tratamientos ambulatorios de la Seguridad Social o reconocimiento del grado de discapacidad.

Los familiares tendrán que aprender a ayudar al enfermo a hacer cambios posturales en la cama o en el sofá, a ir al baño, hacer cambios en la preparación de comida (utilizando espesantes para evitar atragantamientos), y aprender la correcta administración de sus medicamentos. Así mismo, en muchas ocasiones, hay que hacer cambios en el hogar en función de la situación de movilidad del paciente. Por ejemplo, si necesita una silla de ruedas, habrá que variar la anchura de las puertas, instalar un plato de ducha amplio en vez de bañera, acceso a la vivienda, etc. Se pueden realizar algunas de estas gestiones mientras el paciente está en el hospital, pero qué duda cabe que los familiares van a necesitar toda la ayuda posible, al menos hasta que el paciente logre cierto grado de autonomía.

Tras el alta en el hospital comienza un largo camino hacia la recuperación; la meta sería que el paciente alcance el mayor grado de autonomía personal posible, dependiendo de la magnitud de los daños. Aunque la mejoría más rápida ocurre durante los tres o cuatro meses después del accidente cerebrovascular, hasta los dos primeros años la evolución del paciente es positiva, por lo que es muy importante mantener las terapias de rehabilitación de manera continuada.

En su tratamiento ocupa un lugar fundamental la rehabilitación motora llevada a cabo por fisioterapeutas profesionales y terapeutas ocupacionales. Existe una diferencia innegable en la recuperación de pacientes que llevan a cabo este tipo de procedimientos.

Hay que tener en cuenta que estos accidentes pueden volver a ocurrir, así que hay que tratar de evitar riesgos haciendo los ejercicios adecuados y alimentarse de manera sana y equilibrada.

En la mayoría de los casos la fisioterapia puede llevarse a cabo en el propio hogar, para comodidad tanto del paciente como de los familiares, y más teniendo en cuenta la actual situación de pandemia que pueden hacer aún más engorrosas las visitas a un centro fuera de casa.

Pero veamos qué es un ictus o accidente cerebrovascular.

Un ictus, más comúnmente llamado embolia o infarto cerebral, es consecuencia de la interrupción súbita del flujo sanguíneo a una parte del cerebro (isquemia) o de la rotura de una arteria (hemorragia). Como consecuencia, no llega suficiente sangre al cerebro como para proveer de oxígeno a las células nerviosas, y éstas dejan de funcionar.

Los factores de riesgo más frecuentes son la diabetes, el tabaquismo, la hipertensión y la dislipidemia (concentración anormal de grasas en sangre, fundamentalmente colesterol y triglicéridos), y ,en el 85% de los casos, son diagnosticados en pacientes mayores de 65 años. La buena noticia es que estos factores de riesgo son modificables y, unos buenos hábitos de vida, como hacer ejercicio diario y una buena alimentación, pueden evitar la enfermedad. Incluso cuando ésta ya se ha producido, está demostrado que el cuidado en el hospital seguido de la rehabilitación domiciliaria, son muy capaces de mejorar la calidad de vida y minimizar las repercusiones de la posible discapacidad en el paciente.

Las secuelas varían en cada caso dependiendo del tipo de ictus y de la zona del cerebro que ha sido afectada. Es muy importante que desde el primer momento la rehabilitación sea abordada por un equipo de profesionales especializados.

Siempre conociendo las capacidades y limitaciones del cliente, se realizan diversas actividades, desde posiciones de lado en la cama, posiciones de sentado, de pie y de marcha. Una de las actividades más importantes son las relativas a la movilidad, estiramientos, fuerza, coordinación, equilibrio y, por último, reeducación de la marcha.

Es importante evitar las caídas, muy comunes en este tipo de pacientes, para eludir lesiones que pueden resultar graves. Con los ejercicios también se refuerzan la fuerza física, el trabajo cardiovascular y el coordinativo.

El terapeuta ocupacional y/o fisioterapeuta realizará una evolución detallada del alcance y tipo de lesiones que aquejan al paciente. El objetivo es que el cerebro se reeduque y “recuerde” cómo volver a realizar los movimientos que ha “olvidado”. Por ello, es importante que el enfermo colabore de la manera más activa posible. Se espera que se den ganancias funcionales medibles cada semana, que incluyen habilidades diarias, de movilidad y de comunicación.

Es esencial que la persona se sienta independiente, útil y capaz de realizar actividades por sí misma. El factor psicológico, la autoestima y la motivación son, siempre, puntos clave en la mejora de cualquier dolencia.

En estos momentos, existen empresas como CAYSAM cuyos tratamientos realizados por un equipo de terapeutas ocupacionales y fisioterapeutas profesionales ayudarán al enfermo y harán mucho más fácil una recuperación que, de otra manera, podría ser traumática o incapacitante.

Es muy importante que desde el primer momento se comience con la rehabilitación para la recuperación de una persona que ha sufrido un ictus, pero también es posible recuperar parte de esa autonomía si pasado un tiempo del ictus se mantiene esa rehabilitación con profesionales expertos. En estos casos, no sólo hay que ayudar al enfermo sino también a los familiares, por ello en CAYSAM, los cuidadores también ayudan a los familiares a asistiendo en todo tipo de tareas y así, hacer su vida más fácil: labores del hogar, compañía, aseo, paseo, compras, cocina o acompañamiento a citas médicas. Esta cercana atención a sus necesidades hace que nuestros mayores tengan una mejor calidad de vida y se eviten problemas que, luego, son más difíciles de solucionar.

En CAYSAM pueden encontrar una ayuda integral que soluciona sus necesidades de manera fácil y sencilla, facilitando todo tipo de asistencia sin que usted tenga que preocuparse de buscar ni de hacer ningún tipo de trámite.

Es importante en situaciones como estas, poder recibir la ayuda necesaria para las gestiones administrativas y a mejorar la calidad de vida de los enfermos y, a la vez, facilitar la vida a los familiares. Gracias a empresas como CAYSAM, podemos contar con estos servicios de primera calidad.

Si necesitas más información, envíanos un email a info@60ymuchomas.com.

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Fuente: CAYSAM