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Médicos Eméritos: La profesión que más decide alargar su vida laboral

Todos los años unos 200 facultativos eligen no jubilarse y prolongar su vida laboral más allá de los 65 años en Madrid, una forma de continuar aportando su vivencia y además de paliar la carencia de expertos en la zona. En casos excepcionales tienen la posibilidad de conseguir la categoría de eméritos y ejercer la medicina de los 70 a los 75.

Paloma Jara: “Tengo 75 años, la medicina está en mi ADN
Paloma Jara, coordinadora de la Red Europea de Transplantes Infantiles, en el Hospital Universitario La Paz. Coordina la Red de Europea de Trasplantes Pediátricos, la única de las 24 redes de Europa que se dirige desde España y donde se comparte el conocimiento de 18 hospitales punteros de 11 países.

“La medicina va unida a mi ADN. Ha sido mi vida. Seguiré siendo médico hasta que me muera”. De esta forma enseña la doctora Paloma Jara su pasión por su profesión, que la llevó a continuar en activo en la medicina pública en el Hospital Universitario La Paz, donde es una verdadera institución. En 1974 puso en marcha la unidad de Hepatología Pediátrica y lleva ahí 50 de los 55 años que tiene el centro.

Su historia de triunfo es una de las causas de que La Paz sea el único hospital del país que coordina una red de referencia europea, Transplantchild. Y adelante de la misma, claro, está la doctora Paloma Jara. “En la red participan 18 centros de 11 países europeos, todos con un gran bagaje en estas disciplinas, para compartir experiencia y conocimiento y hacer investigación conjunta, estudios clínicos, protocolos de actuación… Es la única de las 24 redes que se pusieron en marcha en Europa que está dedicada a un proceso terapéutico complejo, como son los trasplantes del niño”, comenta.

La situación de Jara es única porque ha prolongado su vida laboral diez años más de lo común, pero es muy frecuente que los doctores sigan haciendo su trabajo algunos años después de los 65.

En la red participan 18 centros de 11 países europeos, todos con un gran bagaje en estas disciplinas, para compartir experiencia y conocimiento y hacer investigación conjunta, estudios clínicos, protocolos de actuación…

Según datos de la Consejería de Sanidad, el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) tiene 72.1993 sanitarios, de los cuales 16.481 son doctores. En 2016, entre otras cosas, 430 facultativos se jubilaron, en tanto que 198 eligieron continuar ejerciendo la medicina. En 2017, 477 optaron por la jubilación, en tanto que 209 prorrogaron su vida laboral. El último año, hubo 412 jubilaciones y 183 prórrogas. En estos momentos hay 339 doctores haciendo un trabajo con más de 65 años —algunos ya agotaron su prórroga—, en tanto que 2.232 alcanzarán la edad de jubilación en los siguientes cinco años.

21 médicos eméritos entre 2009 y 2017

La figura del emérito es más excepcional: desde 2009 y hasta 2017, la Comunidad ha nombrado solamente a 21 eméritos entre expertos sanitarios retirados de reconocido prestigio, que por medio de sus méritos importantes tienen la posibilidad de seguir su tarea hasta los 75 años. De ellos, 11 siguen ejerciendo su actividad.

“La prórroga hasta los 70 años se renueva año a año. Casi todos los médicos que solicitan la prolongación se conceden. Tienen que presentar un proyecto de por qué quieren seguir trabajando, y debe ser interesante tanto para el facultativo como para el centro donde trabaje”, comenta Pablo Calvo, director de Recursos Humanos de la Consejería de Sanidad. A esta medida puede acogerse todo el personal sanitario, pero la enorme mayoría de quienes lo piden son doctores, y la mayor parte de ellos trabajan en hospitales.

Sobre todo, la serenidad para escuchar al enfermo y darle apoyo psicológico y humano

El doctor Darío Fernández se sale de esta generalidad, debido a que a sus 67 años trabaja en el Centro de Salud Los Ángeles, en Villaverde. “Mis compañeros me dicen que debería jubilarme con los problemas que hay en la atención primaria, pero yo quiero seguir”, asegura. “Siento que los pacientes tienen mucha confianza en mí, me siento querido y en deuda con ellos. Además, me encuentro muy bien, hago deporte y me sigue motivando la medicina. Y tengo mucho apoyo por parte de la dirección del centro para organizar actividades relacionadas con la salud”, agrega. Fernández, que ha publicado 4 libros para aconsejar a sus pacientes en temas como el insomnio y la disfunción eréctil, piensa que los facultativos más veteranos tienen mucho que aportar: “Sobre todo, la serenidad para escuchar al enfermo y darle apoyo psicológico y humano”.

Con 65 años, Pedro López Rosas además decidió seguir en el centro coordinador del Summa 112, en Legazpi, donde responde a llamadas de urgencias médicas. “Llevo aquí desde 1996 y eso deja un bagaje. Para responder a una persona que llama muy nerviosa ante un infarto o accidente hay que tener experiencia, tranquilidad y tiempo. Parte del trabajo es contener el estrés de quien llama y decirle que tengo que hacerle una serie de preguntas para saber si le tengo que enviar una ambulancia, una UVI móvil o incluso un helicóptero, o si lo puede resolver yendo al centro médico más cercano”, apunta. La prórroga de su contrato está sirviendo para que otros compañeros se aprovechen de su experiencia: “el otro día trabajé junto a una compañera que realizaba su segunda guardia, y con diferentes llamadas me fue consultando dudas”, cuenta.

Mientras, la doctora Jara sigue en pié todos los días a las 7.15 de la mañana al hospital. “Me encuentro muy bien. Seguiré trabajando mientras tenga fuerzas y me dejen”, aventura. Y resume: “Los médicos mayores podemos aportar nuestra experiencia y el ojo clínico que desarrollamos durante nuestra vida laboral”.