¿Tú también quieres vivir entre amigos?
Uno de los objetivos de esta iniciativa, que comenzó en la década de los 80 en Dinamarca de la mano de dos jóvenes, es lograr construir un nuevo hogar en comunidad para no tener que depender de hijos y nietos, evitar sentirse una carga para ellos y combatir la soledad. Una nueva propuesta de forma de vida que está gustando mucho y de momento parece muy exitosa.
Hay que aclarar que su enfoque no es arquitectónico, pues no son urbanizaciones con casas adosadas donde los vecinos comparten la piscina o la pista de tenis, sino un espacio donde los residentes cooperan unos con otros además de compartir inquietudes comunes y servicios vitales. Según lo que prefieran los propios residentes que forman la comunidad, la co-vivienda está planeada y gestionada por sus gustos, preferencias e intereses. Una iniciativa enfocada no tanto a la estructura arquitectónica sino al diseño social.
Hablamos de vivir de manera comunitaria, pero con domicilios independientes complementado con espacios comunes donde compartes todo lo que tú quieras compartir: juegos de mesa, barbacoas, comedores, servicios de limpieza y un largo etcétera. Además, otra ventaja de las viviendas colaborativas son las amplias opciones de las que dispones: encontrarás urbanas y rurales, de vivienda unifamiliar o en bloque, en edificios nuevos o restaurados.
Un estilo de vida que te ofrece muchas oportunidades: ahorro económico, diversión, envejecimiento activo y un soporte emocional por una comunidad que tú eliges y, en consecuencia, te sientes incluido.
Por eso, si en tu vejez lo que deseas es vivir entre gente como tú y seguir manteniendo la independencia que te aporta el vivir en tu propia casa, el novedoso cohousing está hecho para ti.